martes, 10 de marzo de 2009

DOS IDEAS

Para retomar el blog, después de algún tiempo de parón, dejo aquí dos ideas, que me vienen al hilo de conversaciones y lecturas recientes.

1. Alguien dijo (muchas y muchos dicen): “Son las mujeres las que tienen que acabar con el machismo, porque son ellas las que educan a los hijos”.
Primera lectura de tan extendida creencia: los oprimidos deben liberarse solos. La historia contradice esa idea. Los esclavos no se liberaron solos, en Norteamérica hubo una guerra por esta y otras razones, se llamó Guerra de Secesión. Los negros no se des-segregaron solos, los blancos lucharon con ellos en un movimiento interracial, se llamó Movimiento por los Derechos Civiles. Las mujeres no se liberarán solas, se están liberando gracias a un cambio de conciencia en el que participan junto a hombres que también se están liberando con ellas. Se llama Feminismo.
Segunda lectura: “las mujeres han de acabar con el machismo porque ellas educan a los hijos” suena demasiado a que ellas (nosotras) han de educar a los hijos. Los hijos se educan por las mujeres y por los hombres, aún cuando estos no lo pretendan. Todo educa, todos educamos, todos, pues, somos responsables de los mensajes que enviamos, y todos tenemos derecho a pedirles cuentas a los demás de los mensajes que envían, cuando estos mensajes fomentan odio, separación, opresión, sumisión. Y malamente lucharemos contra el machismo si seguimos pensando que la educación es tarea de hembras.

2. El cuerpo como prisión: lucho con mi propia inseguridad, dudo de mi atractivo y con ello me hago esclava de mi miedo. Aún peor, mi miedo llama al miedo, y como profecía autocumplida, provoco que se realice lo que temo. Mi liberación pasa por la aceptación y el reconocimiento de mi belleza interior y exterior, y pasa por la proyección de ese reconocimiento al resto del mundo, empoderándome. Pero para ello debo autorizarme, sentirme legitimada en mi proyección, dejando de escuchar esas voces que dicen: si destacas, eres mala; si no destacas, estás mal.
Soy lo que soy, y punto.
Leo que Jaime Lee Curtis posó desnuda para una revista de enorme tirada para mostrarle al mundo sus verdaderos cuarenta años. Quería romper el mito de su apabullante figura sexy, quería romper el círculo vicioso de la mentira que fomenta en nuestras mentes la idea de lo que ha de ser la perfección de un cuerpo femenino, operado, retocado por ordenador, violado simbólicamente pues con estos actos se nos dice que somos imperfectas solo por ser mujeres, que solo retocadas y recosidas y recauchutadas podemos ser mujeres hermosas. Pues me cago en esa idea, y aplaudo a Jaime Lee Curtis. Por mi salud mental, por mi salud física, y por mi compromiso feminista, me paso a partir de hoy mismo los complejos por el forro de mi bendita vagina. He dicho.


Algunas y algunos dicen que las mujeres somos muy cabronas entre nosotras. Pues yo digo que no, que no, y que no. Las mujeres nos alimentamos unas de otras, nos abrazamos desde todos los frentes y calmamos nuestros miedos, iluminamos nuestras mentes y alumbramos de esperanza el camino. Algunos hombres también lo hacen. Y yo me siento afortunada por ello.
Un abrazo a llas mujeres que me rodean y acompañan, las de siempre, las de hoy, y las del futuro. Gracias a la vida por habernos cruzado en este viaje...

4 comentarios:

Sr. Miyagi dijo...

Parafraseando a Cela, me adhiero a esas opiniones casi con violencia, Laury, tienes más razón que una santa. Unicamente, respecto a tu última reflexión, me gustaría hacer un pequeño añadido. Pienso que, efectivamente, las mujeres tendeís a cuidar, no sólo unas de otras, sino de vuestro entorno social en general (amigas, amigos, familia, hijos...),más que los hombres. Ignoro si ello es debido a la herencia cultural recibida o a una diferencia biológica entre hombres y mujeres, aunque me inclino a pensar que se debe a la suma de ambos factores. Es decir, sí, a vosotras de pequeñas os regalaban Barbies y a nosotros GI Joe, pero, que la mujer se dedique en mayor medida que los hombres al cuidado de los demás es una constante en la historia de la humanidad, en casi todas las épocas y culturas, por muy diferentes que estas sean entre sí. Se sabe, o se tiene como una certeza, que mujeres y hombres mantenemos profundas diferencias a nivel fisiológico, y más concretamente a nivel cerebral. La evolución nos ha llevado por derroteros distintos. A vosotras os ha dado, siempre hablando en términos generales y con todas las excepciones que se te ocurran, mayores habilidades sociales, lingüísticas y una mayor capacidad de empatía hacia los demás. A nosotros, mayores habilidades espaciales, un innato espíritu competitivo (deportes, por ej.), etc, etc... Vosotras tendeís más a la resolución de problemas mediante la colaboración, apoyándoos en los demás; nosotros de manera individual, como si fuese un desafío, una manera de probar nuestras capacidades (¿de ahí que las mujeres acusen frecuentemente a los hombres de mentir?). Bueno, me estoy extendiendo demasiado sin darme cuenta. Lo que quiero decir es que muchos de los distintos comportamientos entre mujeres y hombres tienen una explicación biológica, y ahí poco podemos hacer, somos lo que somos. Pero muchos otros tiene una raíz cultural, y ahí es donde sí debemos incidir. Creo, por poner un ejemplo, que de manera natural siempre habrá más cuidadoras infantiles que cuidadores, del mismo modo que siempre habrá más hombres en la profesión militar que mujeres. Nuestra naturaleza nos inclina a ello. Pero también creo que cualquier hombre que quiera y lo desee debe tener las mismas oportunidades que una mujer de cuidar niños en una guardería, y la misma aceptación social, siempre que se demuestre capacitado para ello, como también cualquier mujer que desee ser soldado, o minera, o cualquier profesión tradicionalmente masculina, debe tener las mismas oportunidades que un hombre para ello. Mujeres y hombres no somos iguales, ni probablemente lo seremos nunca, pero sí debemos ser equivalentes. Debemos aprender a conocernos y a aceptarnos en lo que nos iguala y en lo que nos distingue, creo que esa será la clave de una auténtica igualdad entre mujeres y hombres. He dicho.

P.D. Celebro que vuelvas a reanudar tu blog, Lauryflor. Es justo y necesario.

P.P.D. Si te animas a seguir el ejemplo de Jamie Lee, sé de unos cuantos que celebraríamos esa idea con entusiasmo. (Lo siento por el comentario extemporáneo, Lau, pero soy un tío. Tenía que hacerlo, está en mi naturaleza....)

Lorenia dijo...

Qué buen regreso! Tienes razón en todos los puntos, pero los que más llamaron mi atención son los de liberación de los oprimidos incluyendo a los mismos hombres, pues en verdad que de los oprimidos saldrá la liberación, no de los opresores, como bien lo decía Paulo Freire en la "pedagogía de los oprimidos" y también cuánta lógica tiene eso de que "las madres hacen a los machos" si creemos en ésto seguimos alimentando la desigualdad en la crianza de los hijos adjudicándole sólo la labor a la figura femenina, no es la mujer la que educa, es la familia completa.

Saludos y abrazos fuertes!

librepeseatodo dijo...

hermano miyagui: gracias por tu extensa aportación, este pretende ser un lugar de encuentro y discusión, así que no hay límite para los coments, me hacen mucha ilusión, además. sobre lo que dices, cuando tengas un rato léete la entrada del 6 de febrero de 08 (LA DIFERENCIA)en el que hablo de mi punto de vista sobre el tema biología/cultura. mil besos brother

lorenia: que rico volver al diálogo, hablemos, hablemos, hablemos... hasta que cambiemos el mundo...!

librepeseatodo dijo...

por cierto, lorenia, creo que los opresores son tan esclavos de sí mismos como los oprimidos, pues el odio y la violencia somete al que la ejerce, aunque sea de distinta forma. al menos al esclavo le queda la libertad interior, al esclavizador que no renuncia a su rol no le queda ni siquiera eso.