domingo, 4 de mayo de 2008

INSPIRACIONES: Angelina Grimké y el movimiento antiesclavista en EEUU


“Al dirigirse a audiencias que incluían a hombres y mujeres, Angelina Grimké, una propietaria de esclavos de Carolina del Sur que se había vuelto abolicionista, argumentaba que, sin derecho a solicitar una petición, las mujeres eran "simples esclavas conocidas tan solo a través de sus amos" . De mayo a noviembre de 1837, Grimké se dirigió a más de cuarenta mil personas en ochenta y ocho reuniones en sesenta y siete ciudades”.

Escribió: “Cuando veo a los seres humanos como seres morales, toda distinción de sexo se hunde hasta la insignificancia y la nada; pues creo que regula los derechos y las responsabilidades no más que el color de la piel y el de los ojos”. Creía que “todo lo que es moralmente correcto para el hombre, es moralmente correcto para la mujer” y que “hasta que este importante principio de igualdad no sea reconocido y llevado a la práctica… vanos serán los esfuerzos de la iglesia para hacer algo efectivo por la permanente reforma del mundo

Refiriéndose a ella y su hermana, y aludiendo a su participación activa en asambleas antiesclavista en las que participaban hombres, un pastor alertó: “está apartándose de la esfera que le corresponde y se hace molesta y desagradable” y una escritora las calificó de “detractoras con enaguas de su propio sexo”, de “casi hombres” y de “monstruos morales”.

“Las Grimkés eran peligrosas porque eran demasiado entusiastas. No eran sexualmente promiscuas, ni gastaban en exceso, ni eran vecinas cotilas ni amas de casa desaliñadas. Eran mujeres pías y sacrificadas que se movían por doquier con sus castas cofias cuáqueras. Sin embargo, como tantas otras mujeres que se portaron bien, decidieron obedecer a dios antes que al hombre.”



“En otoño de 1835, una turba interrumpió en una reunión de la Sociedad Antiesclavista de Boston, los que oficiaban la reunión dejaron de piedra a los que la habían interrumpido al seguir con su actividad como si nada hubiera pasado. Cuando el alcalde de la ciudad les instó a qe pospusieran la reunión por su propia seguridad, las mujeres se cogieron de los brazos, de dos en dos, mujeres blancas y negras juntas, y salieron a la calle sanas y salvas. Dicho incidente no fue más que un ensayo de un ataque mucho más virulento que tuvo lugar en Filadelfia en 1838. en aquella ocasión, cuando la turba las amenazó, las mujeres consiguieron salir a la calle utilizando la misma estrategia, pero aquella misma noche la muchedumbre regresó y quemó el nuevo edificio. Las mujeres concluyeron la reunión al día siguiente (…). Las líderes blancas anunciaron a la prensa que planeaban “expandir, no reducir, sus relaciones sociales con sus amigos negros”.





Extraído del libro
Las mujeres que se portan bien no suelen hacer historia”,
de Laurel Thatcher Ulrich

3 comentarios:

Lorenia dijo...

Las mujeres que se portan bien decidieron obeceder a Dios, ¿y no es Dios un hombre? Sí, es un hombre aquí en la tierra pues su intemediario es de sexo masculino, aclaro, sin ambiciones de algún día llegar a tener un papel como ese, les dejo libre el camino hombres!!! también podemos agregar que las mujeres malas no hacen historia porque estan dentro de la lógica del ocultamiento como dice Carlos Monsivais "lo que no se nombra no existe". Gracias por la biblografía.

librepeseatodo dijo...

donde dice "dios", puedes leer "conciencia" o "principios" o "compromiso" o "justicia" o lo que quieras... la autora lo que quiere decir, simplemente, es que ellas decidieron pasar por alto la autoridad masculina en su elección de lo que era "el bien" o simplemente lo que decidieron libremente que era "su tarea".

lo que, la verdad, no tiene poco mérito ni na, poniéndonos en la mentalidad del siglo XIX... hicieron bien en arremangarse las faldas y salir a hacer lo suyo... tenían que ser parte de la historia, y fueron las principales impulsoras de ella en ese momento, aunque como bien dices, se las silenciara...

por cierto, cuando los niños van creciendo, los psicólogos dicen que pasan de un concepto de la moral heterónoma (basada en normas ajenas) a una autónoma (normas propias) lo que implica su maduración y su independencia. digamos que ese fue uno de esos momentos en los que las mujeres, obedeciendo a su propio sentido moral, se hicieron mayores de edad, con todo lo que eso implicaba,y gracias a eso nos sacaron de ese infantilismo degradante al que nos tenían relegadas...

un abrazo, lore.

librepeseatodo dijo...

mira que me haces reflexionar, lorenia, que puntazo!

otra cosa que se me ocurre, al hilo de lo que dices... "Dios es un hombre puesto que su intermediario es de sexo masculino..."

a ver si logro articular mi reflexión: por un lado, el sexo masculino no implica necesariamente que su rol sea autoritario o castrador, así que eso en sí mismo no tendría porqué significar nada, es el mandato de género lo que hace girar la rueda de la opresión, no el sexo en sí.

desde ese punto de vista, si consideramos a Jesús como el intermdiario de dios, me encuentro con un ser humano de sexo masculino que no se encuadraba en los esquemas patriarcales (muchos dicen que había muchas mujeres apóstoles o discípulas, y que maría magdalena era su brazo derecho, aunque la iglesia impusiera a Pedro como cabeza de la iglesia... otros de esos hechos silenciados a lo largo de la historia...) pero si consideramos que es el Papa el intermediario, ahí si que estaríamos hablando de un sistema patriarcal...

Por eso las cuáqueras, protestantes y demás fueron las que iniciaron esta revolución de las conciencias, porque desde esas ramas del cristianismo, se otorga más libertad individual a la hora de interpretar las escrituras que desde el catolicismo, y eso las permitió escuchar la voz de un dios que (si bien era hombre desde su representación "física") no respondía a los esquemas patriarcales, y que hablaba con la voz de la justicia, no con la de la opresión, ni de género, ni de ninguna clase...